sábado, noviembre 26, 2005

Einstein

Ayer estuve en una charla de la Cátedra de Ciencia, Tecnología y Religión, organizada por la Universidad Pontificia Comillas.

Me considero una persona de cerebro inquieto, y me gustan mucho áreas de conocimiento como informática, astronomía, matemáticas, psicología... O sea, soy más bien del lado de las ciencias, sean biológicas, físicas, humanas o del conocimiento, y en particular, me gusta la relación que tienen esas áreas con otras que domino menos, pero que también me provocan cierta curiosidad, como la teología, la filosofía o la religión. Soy un firme defensor del efecto Medici (como siempre, Google encontrará por ti mucha información en inglés o en español).

Asi que era normal que me interesara el tema de la Cátedra, que esta vez relacionaba la figura científica de Einstein con su pensamiento. Aunque no era lo que se entiende por una persona religiosa, si es cierto que tenía una concepción de Dios muy profunda y muy newtoniana, es decir, la de un magnífico relojero, no intervencionista en la vida de los seres humanos, a los que dio la primera cuerda y que poco después permanecía absorto contemplando la obra y la exacta forma en la que todo funcionaba.

Que duda cabe de que el Einstein científico (hasta 1919, en el que se confirmaron sus teorías gracias a un eclipse de Sol) y el Einstein figura pública (desde ese año, en el que le alcanzó la fama) son los más conocidos, pero sería muy interesante estudiar su aspecto más humano. De especial interés son el divorcio de su primera mujer (precisamente en ese mismo año 1919) o la relación con otros científicos y físicos de su época, sobre todo aquellos relacionados con la mecánica cuántica.

Comentaré en mi diario otros temas relacionados con Einstein según me vayan llegando a mi memoria.

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