martes, noviembre 04, 2008

Gracias

Rodrigo es un tipo con mucha chispa.

Ahí andaba yo, hace casi quince años, esperando en la parada del autobús que me había de llevar a la Facultad. La gente, al principio iba respetando la fila, y así ésta crecía en longitud. Pero a medida que llegaba gente que conocía a otra, gente con menos vergüenza que morro, se iba engrosando y creciendo en anchura, con preferencia en la parte  más cercana a la parada del autobús. Antiguas amistades ya casi olvidadas renovaban casi inmediatamente toda su frescura y fortaleza, con sonoras alharacas y expresiones de alegría.

— ¡Hombre Paco! ¡Cuánto tiempo sin verte! ¿Qué son? ¿Tres años? ¡Qué suerte que estés el segundo, porque si no, llegaría tarde!

Cosas que pasan.

Y ahí andaba yo, con Rodrigo, esperando el autobús. El tiempo, que para bien o para mal avanza más o menos a una hora por hora —como decía Carl Sagan—, fue pasando hasta que por fin conseguimos acomodarnos en dos de los asientos. Quiso la fortuna, o el destino, o quién quiera que sepa qué va a pasar, que nos sentáramos en el lado desde el que se podía ver a la todavía inmensa masa de gente ir entrando en el autobús. Asombrado, mirando por la ventanilla en la que resbalaban las gotas condensadas por el frío, se me ocurrió exclamar:

— Vaya pedazo de cola...

Rodrigo siempre está atento a esas cosas.

— Gracias.

Rodrigo es un tío con mucha chispa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Para eso están los amigos, ¿te dolió?", debió ser su respuesta, máster.

Wilsoke dijo...

@banyu jajajajaja... A mi me pasa como decían en Amélie, que estaría muy bien tener a un apuntador para saber qué contestar :-)