sábado, julio 12, 2008

La inmortalidad es...

Empezaremos una década, Troylo. Con los amigos de todo el año, de cada día del año, la empezaremos, Troylo. Ni tú ni yo la acabaremos, hijo. Pero no importa. Comeremos reunidos las uvas, nos quitaremos luego los restos de pepitas de entre los dientes, nos abrazaremos, rozaremos unos con otros las mejillas. Sandeces, sí, Troylo: las humanas sandeces. Sin embargo, por ellas, asociando con cariño esas humanas sandeces a tu nombre y al mío, dentro de cinco, de seis, de doce años, dentro de otra década o quizá de dos décadas, nuestros amigos brindarán, en otra nochevieja, con nuestro nombre silenciosamente erguido entre ellos. Y alguien, que paseará en medio de la nueva madrugada, oirá cantar a un pájaro remoto e inmediato. Un pájaro, al que ya nada ni nadie podrá enmudecer dentro de su alma. Eso se llama, Troylo, vivir en los demás. Esa es, Troylo, perrillo mío, la única inmortalidad de la que estoy seguro.

"Las doce uvas" (Charlas con Troylo)
Antonio Gala

No hay comentarios: