viernes, agosto 01, 2008

Un día "Mandelbrot"

Hoy, último día de julio, ha sido un día que ha sido la vida misma.



Ha sido un día para el paseo, un día para la nostalgia y para la tristeza, para el dolor y para la risa, para la familia y los amigos. Ha sido un día como el camino de todos los días.

Ha sido el día del recuerdo y del olvido, de la lectura atenta y sorprendida de ese libro sobre aquella lejana cultura, del café tranquilo mientras leía el periódico. Ha sido un día tapizado de cansancio, de sueño, de sueños, de esfuerzos y de abrazos, de frustración y a la vez de satisfacción. Trajo el día todos sus momentos, los de aprender, los de reflexionar, los de explorar, los de equivocarse, los de olvidar.

El día vino y se fue con una sonrisa inesperada, con una lágrima furtiva, con el recuerdo presente, con un beso y una flecha, con un ronroneo en los ojos de un gato. Recorrió el corazón, y la mente, se detuvo en la boca, siguió en las miradas; habló con palabras tristes y cantó con el sonido de mis voces, medito con el aire, pensó con el Sol, se escondió con la noche. Conoció valles, y alcanzó cimas, se deslizó por laderas, cruzo ríos...

Estalló violento y terminó rendido. Caleidoscópico.

Mañana será otro día, otro más en el Camino. Otra vida dentro de la Vida. Hasta mañana...

(imagen de flickrnospam)

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