viernes, octubre 31, 2008

Día CCCIV. Die Rosenkranz Sonaten

2119109212_a69826677e Lo bueno: Leyendo los correos encontré algo que me encogió el corazón. Quizá por inesperado, quiza por esperado. Porque es cierto que la esperanza es lo último que se pierde, y en uno de los fragmentos que me construyen, la esperanza se ha perdido del todo. Lo bueno... No sé si hay algo bueno. Hoy no lo veo.

2894968887_6fda0ed914 Lo mejor: ¡Todo lo demás! El detalle de una compañera de trabajo al acordarse que andaba buscando un ejemplar de El Economista, y enviármelo por correo interno (¡gracias Pilar!). Mis avances en el trabajo, tanto en la dimensión humana, como en la profesional y en la personal (¡gracias Mario, gracias Albert!). Las risas incontenibles e incontenidas de buenos amigos (¡Juan Carlos, Isra, Roberto: gracias!). El aprender más sobre la culpa, su anatomía, sus implicaciones, su terapia (¡gracias de nuevo, Miriam!). El recuerdo de viejos tiempos, rodeado de viejos amigos, reencontrados, como si no hubiera pasado el tiempo (Ro, Nuño, Fer... ¡gracias!). Seguir vivo (¡¡Gracias!!).

Hoy el tema del día, por escoger uno de los tantos que hoy se han cruzado en el devenir diario, es "La anuciación", una de las Sonatas de Rosario, de Biber, y para mi la más hermosa. Disfrutadla.

Die Rosenkranz Sonaten
La anunciación
Heinrich Ignaz Franz bon Biber

Una auténtica delicia. Si os gusta, no os perdáis el resto de las sonatas (son dieciséis en total).

 

Sad eye, por s~revenge.
Laughing monks, por Swami Stream.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si que suenan bien, si. Me recuerdan a Vivaldi.